Por: Plumas Rotas.
Chihuahua, Chih., a 13 de agosto del 2022.- Las agresiones a la población civil encabezada por integrantes del crimen organizado en Ciudad Juárez, que dejó el jueves negro once personas muertas y más de 20 lesionadas esto a través de 19 ataques simultáneos, no es más que un acto terrorista realizado de manera premeditada con la intención de infundir temor entre la población.
El ingresar a tiendas de cadenas de autoservicio donde para todos es bien conocido la existencia de cámaras de vídeo nos hace pensar que estos grupos criminales buscan más allá del daño ocasionado a las vidas de las personas, es dejar plasmado un mensaje de terror que debido a la trascendencia de los hechos es difundido de manera a través de los distintos canales de comunicación.
Lo que paso en Juárez y en otros puntos del país como Guanajuato, Michoacán, Tamaulipas y Chihuahua por citar algunos tiene que ser definido como “terrorismo” y no como actos del crimen organizado, las cosas por su nombre, aunque nos cauce escozor, pues la manera en la que se pueden afrontar las cosas es reconociendo su presencia.
Porque asusta el término “terrorismo” quizás porque esta pone en su más claro concepto la “lucha política” mediante la cual se persigue la destrucción del orden establecido a través de la creación de un clima de terror e inseguridad para intimidar a los adversarios mediante la agresión a la población en general.
Si analizamos el concepto de “terrorismo” es más que evidente que los grupos criminales buscan instaurar su ley y orden bajo los conceptos que a ellos se les acomodan respaldados o no por grupos de poder.
Como pensar que grupos de pandilleros dedicados al narcomenudeo en Ciudad Juárez, desataron el terror en un acto premeditado sin ser planeado, solo por una riña al interior del Cereso No.3 de esa frontera, es mas que evidente que los hechos registrados este jueves negro fue planeado y orquestado para lastimar aún más a la comunidad juarense.
Sin duda, el monstruo del terrorismo que dio inicio en el “Culiacanazo” se posicionó como una formula de intimidación contra las autoridades quienes sin duda hay que admitirlo se han visto rebasadas por el poderío de estos grupos.
Los hechos ocurridos este jueves en Ciudad Juárez, poseen en su descripción cuatro ingredientes para englobar dichos ataques como terrorismo pues en primero fueron premeditado, lo que nos dice que hubo una preparación y decisión previa para cometer dichos ataques.
Como lo describimos con anterioridad, la hipótesis de que estas acciones fueron derivadas de una “riña” al interior del Centro Penitenciario entre pandillas rivales del cárteles de Juárez y Sinaloa, lo veríamos como un pretexto para esconder el trasfondo de lo que esta ocurriendo en esa frontera.
La organización con la que operaron para encabezar los ataques en los distintos puntos de la frontera, nos dice que esto fue evidentemente planeado, los motivos pueden ser varios, sin embargo, desde el punto de vista del “terrorismo” este se distingue de otras formas de violencia por su motivación política, a diferencia de los actos criminales que tienen fines económicos, como los asaltos, secuestros, y robos de mercancías.
Los objetivos son “no combatientes”, lo cual significa que los terroristas atacan gente que no puede defenderse esto incluye policías y militares que no están en posiciones de defensa esto a través de operaciones o procedimientos militares regulares, es decir estratégicos como los ocurridos en Juárez.
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