Por: La Redacción.
Condado de Doña Ana., NM., a 8 de mayo del 2024.- En el condado de Doña Ana, en el estado de Nuevo México, una sombra oscura se cernía sobre la vida de una niña de ocho años nacida en 1952. En medio de la inocencia de su infancia, se encontró atrapada en una presunta red de abuso y manipulación que dejaría cicatrices indelebles en su corazón.
Dos prestigiosos bufetes de abogados de Nuevo México presentaron una segunda demanda contra la Diócesis Católica de El Paso por presunto abuso sexual de niños por parte de sacerdotes en la diócesis. La demanda fue presentada en el Tercer Distrito Judicial del Estado de Nuevo México por el Bufete de Abogados Davis Kelin, LLC y Huffman Wallace & Monagle, LLC (HWM) en nombre de la niña, según un comunicado de prensa enviado por los bufetes de abogados.
El presunto perpetrador fue identificado como el Padre Lucio L., quien le habría dicho a la demandante que había sido «elegida por Dios» para obedecerlo y satisfacer sus necesidades sexuales, según los bufetes de abogados.
El abuso supuestamente ocurrió en la parroquia de San Miguel –en el poblado del mismo nombre al sur de Las Cruces– en el condado de Doña Ana, donde la mujer todavía reside. En ese entonces, las iglesias católicas de Las Cruces y el sur de Nuevo México estaban bajo la jurisdicción de la Diócesis de El Paso. La Diócesis de Las Cruces no se creó hasta 1982.
«La cantidad de abusos por parte de sacerdotes que se ha documentado no solo en Nuevo México, sino a nivel nacional es impactante», dijo Levi Monagle, uno de los litigantes principales.
«Animamos a las personas a que se presenten, no importa cuánto tiempo haya pasado desde el abuso», agregó Zackeree Kelin, otro de los abogados principales.
La búsqueda de justicia se convirtió en un llamado a la acción para aquellos que habían sufrido en silencio durante décadas. «La Iglesia Católica tenía y sigue teniendo el deber de contratar, supervisar y retener sacerdotes que no abusen ni dañen a los feligreses vulnerables», enfatizó Ben Davis, uno de los principales abogados.
En medio del dolor y la angustia, los bufetes de abogados hicieron un llamado a todas las personas que pudieran haber sido víctimas de abuso sexual o conocieran a personas que lo hayan sido a que se presenten y compartan su testimonio.
La búsqueda de justicia y la lucha por la verdad continuaban, mientras la voz de los que habían sufrido en silencio durante demasiado tiempo resonaba con fuerza en los pasillos del tribunal. La niña de ocho años, ahora una mujer, encontraba esperanza en la promesa de que su voz sería escuchada y su sufrimiento reconocido.
Con información de El Diario de El Paso
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